martes, 10 de agosto de 2021

GRIS Y CREMA

 Banquito decorado con esténcil y rayas





Mal pintado, con manchas de humedad, lo encontré al lado de un contenedor de residuos.
No lo pensé dos veces y lo traje a casa, pero ahí quedó dando vueltas, de un rincón a otro, por bastante tiempo.
Estaba pintado de blanco, y juro que pensé en el color verde... pero no, me pedía gris. 




Lijé y lijé, para sacar esa capa muy gruesa y despareja de pintura vieja, y le di gris a las patas, y crema a todo lo demás.
Encinté la parte superior para crear las rayas.




Y pinté de gris. También bajé con gris hasta la mitad del borde, me pareció que quedaba mejor. Tuve que encintar las rayas color crema, para que no se pasara la pintura.



Así iba quedando, y ya me gustaba, pero faltaba algo.




Un esténcil circular,  pintura acrílica bronce y negra, aplicadas con pincel taponador.




Ahora sí, ya me gusta.  Dos capas de barniz al agua mate, como protección. Y la verdad que ha ganado con el cambio, parece nuevo.




Lo empecé a trabajar adentro, pero en mi deseo de aire y luz, terminé pintando en el patio, con dos grados bajo cero de térmica.


 En la foto se ven los pastitos un poco tristes, ralos,  alguna hoja rojiza de la enredadera de los vecinos... ese rojizo que me inspiró para el color del esténcil. Color otoño, que para mí es cálido, promesa de una primavera después del invierno.

Invierno que acá en Rosario es corto, húmedo, bastante frío e imprevisible. 

Después de dos bajo cero, vino una semana de 25 grados ¡en pleno invierno! 

Te dejo por hoy, te agradezco la visita y como siempre te digo esta es tu casa, pasá cuando quieras, besos mil!!!


domingo, 4 de julio de 2021

Bello óxido


Decoupage sobre vidrio

Efecto cardenillo




Y sí, el óxido puede ser,  no sé si bello, pero sí decorativo. 
¡Tantas veces hemos imitado el paso del tiempo en diferentes objetos, y esta vez ya lo encontré con todo el óxido que te puedas imaginar!

Es la tapa de un medidor de luz, que por supuesto encontré hace tiempo tirada en la calle. La dejé entre las plantas, tomando sol, lluvia, viento.....
Y hoy, al verla hermosamente oxidada, la convertí en cuadrito para el jardín.
Ya te cuento cómo lo hice.



Primero la limpié bien, y con alcohol froté el vidrio hasta que quedó transparente (estaba feo feo, pobre)




Al cuerpo de la tapa, le di dos manos de barniz mate, de los dos lados.




Luego elegí una servilleta que me gustaba,  la recorté a la medida, y la pegué al vidrio, por la parte de atrás, con barniz poliuretánico. Enfrentando el derecho de la servilleta al vidrio y pasando barniz sobre la servilleta, del centro hacia afuera.




Así quedó pegada. 




Pero queda transparente, ¿ves?




Por eso, le di dos manos de pintura blanca con esponja. Puede ser a la tiza, o acrílica.




Mientras se secaban las dos capas de pintura, tomé una moldura, y decidí hacer un efecto cardenillo, usando colores acrílicos siena natural, turquesa, y dos tonos de verde claro.




Primero cubrí toda la pieza con color siena natural, y dejé secar.




Luego, toques con turquesa, sólo en algunos lugares.




Y con un verde claro, acentué el efecto.




Por último, unos toques con acrílico cobre. Y una capa de barniz mate para proteger.




Con un esténcil y pintura blanco cálido, el detalle de la inscripción.

Otra mano de barniz mate a toda la pieza, por los dos lados, y listo.

No la voy a dejar a la intemperie, la pondré entre las plantas bajo la galería. Con este proyecto pasé unas tardes entretenida, mientras esperamos que se levanten las restricciones de circulación.

Y ya estoy oxidando otra cosa, que te mostraré en unos días, si la termino.... Creo que el óxido me atrapó!!!

Te agradezco como siempre la visita, y te dejo un abrazo enorme. Gracias por pasar, besos mil!!!!



lunes, 14 de junio de 2021

Hoy amanecí metalizada....

 

Esferas metalizadas

Reciclado de cartón de huevos.



Junio me encontró esférica, texturada, y con destellos metálicos! 

Le di un descanso al verde, porque el otoño es como que invita a la calidez del cobre, el dorado, los sepias...

Esta estación es casi mi preferida. Los días son tibios, el sol calienta pero no quema, las noches frescas para acurrucarse con una manta liviana y una taza de café.

Fijate que tenía estos cartones donde vienen los huevos, y recordé que vi un video de una artesana que hacía esferas con ellos, luego las recubría con porcelana fría y pintaba. Quedaban preciosas!

Bueno, yo intenté algo parecido, pero más a mi estilo otoñal y un poco rústico.

Porque no soy de hacer cosas perfectas, amo los objetos marcados por el uso, lo cachado, oxidado. Así como las personas. Creo que todos tenemos golpes, manchas, sombras... que nos va dejando el tránsito por esta vida. 

Y también, como mis esferas, tenemos destellos de luz, rayos de esperanza, fulgores de bondad.... Y podemos ser cálidos y suaves, aunque pretendamos ser de acero.

Por eso, estas esferas otoñales, que amé hacer, amasar, modelar, pintar y abrillantar. Como la vida, viste?


Tomé el cartón de huevos, lo remojé en agua apenas tibia, y lo empecé a estrujar con las manos, hasta formar una pelota. 

No tengo foto del proceso, porque estaba con las manos mojadas...




Apreté bien entre las manos la pelota que se formó, y la dejé secar al aire y sol del otoño rosarino.






Para recubrirla, usé papel maché. Sí, esa pasta hecha de papel, harina y engrudo, que nos enseñaron a hacer en la escuela.

Amasé el papel maché y formé una bola apenas más pequeña que la que iba a recubrir, y comencé a envolverla, apretando con la palma de la mano.



Para que quedara bien adherida, usé un poco de cola blanca.






Una vez bien cubierta, le di textura con elementos que tenía por casa. El mango de un pequeño tenedor, la parte de atrás de un pincel, un bolillo.

Ahora sí, a dejar secar bien. 



Al secarse, quedaron de color casi blanco.


Pintura negra y unos toques de turquesa (porque el verde me tira, viste). Luego, una mano de barniz brillante.





Y con los dedos, purpurinas oro, cobre y plata, frotando, mezclando los colores.

Dejé secar toda la noche, y al otro día le pasé un trapito de algodón para retirar la purpurina que no se adhirió.


No salieron esferas perfectas, pero por ser las primeras que hago, pueden tener su lugarcito en mi tabla de planchar antigua. 

No sé a vos, pero a mí me parecen cálidas, con sus destellos metálicos. Y al tacto son suaves y muy livianas.

Creo que voy a seguir intentando con el papel maché, me ha gustado su textura, lo fácil que se maneja y la dureza de las piezas terminadas. 

Ya sabés que esta es tu casa, pasá cuando quieras.

¡Te agradezco la visita, y te dejo besos mil!!!!!

martes, 11 de mayo de 2021

Hoy estoy sepia...

Cuadro con collage y esténcil


Y sí, hoy estoy sepia, dorada, un poco rústica y un poco chic... 
Porque estamos en un bello otoño, las hojas tapizan las calles y dan ganas de correr y desparramarla. Arco iris de amarillos, naranjas, ocres, marrones cálidos, cortinas que bailan con el viento fresco, bajo un solcito tibio.
Estoy sepia, tomando cafecito caliente al calor de la tarde, pensando los tonos de la estación más bonita del año,  y me salió un cuadro así:



El marco es bastante grande y como no tenía un pedazo de fibrofácil adecuado, decidí usar cartón grueso, de esos en que vienen los electrodomésticos. 
Uní varios pedazos, de esta manera:


Luego, lo encolé con cola de carpintero y lo forré con un trozo de lienzo.


Estaba corta de materiales, fijate que el lienzo está en dos pedazos...


Después busqué todas las servilletas ... mejor dicho, los recortes de servilletas que tenía en una caja. 

Los presenté de la manera que me pareció más armónica. 


Y comencé a pegar, desde los bordes hacia adentro.


Así fue quedando


Una vez bien seco, mezclé  barniz mate al que  le agregué una pizca de acrílico ocre, para darle ese toque antiguo que me encanta, y comencé a barnizar.

Para "ensuciarlo" un poco más hice lo mismo pero con barniz y un poquito de color chocolate, o sombra, un marrón oscuro. Pero un poquito nada más, para no oscurecer demasiado.


Así :


En el centro lo dejé más claro, y apliqué un esténcil con pasta de relieve.


Para que destaque más, le hice un sombreado con pincel angular y sombra natural. Y le di una mano ligera de barniz mate con una pizquita de marrón, para integrar.



Lo saqué al patio, para fotografiarlo con luz natural.


¡Pero queda divino en esta ventana, con la cortina rústica y el camino de arpillera!


Al marco sólo lo limpié porque me gustó así, viejito, dorado, un poco opaco y gastado. Porque hoy estoy sepia, floral, chic, rústica y un poco loca, también.

Sigo con mi cafecito, tomando el sol de la tardecita rosarina. Y dentro de un rato, cuando refresque, visitaré los blogs de artesanas que admiro y quiero mucho. ¡Hasta luego!

Te agradezco que pases y comentes, te dejo un gran abrazo, sabés que esta es tu casa.

¡Besos mil!!!!


 

martes, 6 de abril de 2021

NO PUEDO DEJAR DE HACER MACETAS!!!

 Reciclado de lata

Decoupage y esténcil en relieve






No, no puedo dejar pasar un solo recipiente que pueda convertirse en contenedor de mis plantas. Sea lo que sea, mi mirada siempre está enfocada en ellas, las amigas que me acompañan día a día, las que cuido con dedicación, las que me enseñaron a tener paciencia para esperar sus flores... Paciencia que nos es tan necesaria en estos tiempos que nos toca vivir.


Esta era una lata de tomates, de esas gigantes que usan en los bares y restaurantes. Frente a donde yo trabajo, las tiran. Y es de ver el espectáculo, todos espiando por las ventanas para dar el aviso: Latas!!!! Y salimos de a uno para traernos el botín!!! Algunos las usan de paragüeros, otros de cesto para papeles. Y yo, obviamente, de macetas. 



Para transformarla, primero le di una mano de antióxido, ya que no la usaré de porta macetas, pondré la planta con su sustrato directamente.
Luego, dos manos de pintura tizada color crema.



Y una preciosa servilleta, que pegué con cola para decoupage. Se adhirió perfectamente, no tuve ningún problema, la fui alisando con un pincel suave, copiando el acanalado de la lata.

En los bordes de la servilleta, hice como un envejecido con pincel seco y pintura siena natural, que pasé también por toda la lata para "añejarla" un poco.



Unas manchas imitando óxido, con pintura negra y rojo óxido.

En el borde superior, apliqué un esténcil con enduido, que repetí varias veces hasta completar todo el contorno. Luego, una vez seco, le hice una pátina con acrílico rojo óxido bien aguado, retirando con un trapo de algodón el exceso de pintura. 



Esta mancha de acá abajo parece tan real, aproveché una abolladura que ya tenía la lata, y quedó así.

Los bordes de la lata, también con color oscuro, y un pincel fino.






Por supuesto dos  manos de barniz poliuretánico al agua, y mi precioso Filodendro Imperial se luce con sus hojas grandes, brillantes, que al tocarlas parecen de cuero.

En este año tan difícil, con demasiadas incertidumbres, realmente este espacio de mi casa es el que me ha permitido sobrellevar el encierro y los días de aislamiento. 
El cuidar el jardín y trabajar con las manos creo que ha sido una terapia efectiva para mí. 

Seguro que  la pintura, las manualidades, bordar o tejer, te han permitido seguir adelante a pesar de las circunstancias que estamos viviendo.
Deseo que estés bien, que todos estemos bien. Lo deseo con toda el alma. 

Ya sabés que esta es tu casa, pasá cuando quieras. Te dejo un cariño grande, gracias por visitarme. ¡Besos mil!!!