lunes, 11 de enero de 2016

El regalo


Hola, cómo estás hoy, yo contentísima, deseando mostrarte algunos de los regalos que recibí esta Navidad.
En primer lugar, el mejor obsequio que me pudo hacer la vida: pasar otra Navidad con mi esposo Osvaldo y nuestros hijos Luciano y Agustín.
Ellos son el regalo que le pedí un día al Universo, o a Dios, o al Destino, o a la Vida, como quieras llamarlo. Y cada año que pasa, cada día que pasa, agradezco por tenerlos a mi lado.

Y, aparte de tener a los muchachos en casa, vino Juan.
Juan es ... no sé si podré explicarlo bien, es ese casi hijo que llegó a nuestra vida de la mano de  Agustín.
Un compañero de estudios, que por esas cosas de la vida estuvo un tiempo alejado de su familia, y se "aquerenció" con nosotros. Y nosotros con él.
Un gigante de metro ochenta y dos, con cara de malo, pero con el corazón más bueno y generoso del mundo.
Juan es el que cada tanto aparece por casa para contarnos sus cosas, pasar un rato tomando mate con facturas (con mucho dulce de leche), o un asadito de los que hace mi esposo.
Es el que se ofrece para ayudar en lo que sea, el que un día nos escribió en una tarjeta que nos consideraba su familia, el que extrañamos cuando pasan muchas semanas y no viene.
Y es el que me dice Alis, así con s, y esta Navidad se presentó en casa con regalos. Pero no cualquier regalo, no algo comprado a los apurones "porque es Navidad"  ¡ Él trajo lo que a mí me gusta: objetos a recuperar!

Porque el regalo, el hecho de regalar, implica pensar en quien lo recibe. Esa es la  verdadera naturaleza de regalar, no gastarse medio sueldo en algo costoso o espléndido... sino ofrecerte esa cosa que aunque no  cueste un peso, es justo lo que querés, lo que te gusta.

Y ya te estoy mostrando algunos de los objetos que mi Juan rescató para mí, de una mudanza. Eran muebles que iban derecho al contenedor de basura, ¡Dios mío, no puedo creer que fueran a tirarlos!
Por ahora, te los muestro así como están hoy, pero esta historia continuará, por supuesto!!

Dos sillas estilo inglés. Esta está bien, la otra hay que restaurarla.


Mirá esos zapatitos dorados!



Siempre quise una de estas.


Necesita trabajo, pero ya la vamos a recuperar.
Aparte de estas dos bellezas, hay otras cositas, que están en proceso de recuperación... en unos días te mostraré los avances, ahora me voy a tomar unos ricos mates, deseando que este año que empezó te traiga todo lo que desees, y sobre todo que tengas los regalos más maravillosos, que son la vida y  la salud, y alguien a quien querer. 

Te agradezco que pases por acá, y como siempre te digo, sos bienvenida a mi casa! 
¡Besos mil!


8 comentarios:

  1. ¿Eso es una tabla de planchar de madera? ¡¡Qué suerte, Alicia!! Siempre quisimos una pero por aquí es que ni existen. Menudos regalos te ha hecho Juan, como se nota que está pendiente de las personas que le importan...

    Mas besos para ti de las dos y buena semana

    J&Y

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    1. Sí, chicas, es una tabla de planchar bien antigua, por acá tampoco se consiguen, y menos gratis! No puedo dejar de sentirme súper alegre, espero poder restaurarla bien. Besotes!

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  2. Tienes razón Alicia, a parte del regalo de tu familia y de ese hijo "agregado", los mejores regalos son los que se hacen con el corazón aunque nada te haya costado, estoy totalmente de acuerdo contigo, aunque en esta sociedad que vivimos nos llevan al extremo más consumista. Tus regalos son preciosos y es verdad que hay veces que dices ¿cómo pueden tirar esto?, pero bueno yo siempre digo que esos objetos querían seguir viviendo y tener otra vida y por eso caen a veces en nuestras manos.
    Besos.
    Ana (Manualijando)

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  3. Sí, totalmente de acuerdo, Ana, las personas y los objetos llegan a nosotros para volver a vivir. Y hacernos vivir a nosotras. Un gran abrazo.

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  4. Estoy completamente de acuerdo con tus afirmaciones. Estoy segura de que estos objetos van a tener una nueva vida y va a ser maravillosa. Son joyas.
    Muchos besos.
    María

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    1. Gracias María por pasar, espero poder recuperarlos y ponerlos en valor. Un besote!

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  5. ¡Pero que regalos! Se nota que Juan conoce tus gustos y estosbobjetosbluciran maravillosos otras pasar por tus manos. ¡Aun estoy alucinando con esa tabla de planchar de madera!
    Besos

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